La adolescencia, de por sí, se puede describir como la etapa más compleja de nuestras vidas. Es el momento de transición mas brutal de nuestra existencia, dejamos la infancia atrás y queda un largo camino todavía hasta la vida adulta.

El apoyo en la adolescencia es fundamental ya que están ocurriendo grandes cambios y experiencias, que si no van a determinar nuestra calidad de vida mental y emocional, si que van a dejar una gran huella.
Normalmente el apoyo entre iguales era la red que salvaguardaba la salud mental de los adolescentes ante el tornado de emociones y estímulos al que se exponen. Ahora, debido a la situación de la pandemia, esta red se ha empobrecido radicalmente. Las madres y padres, son madres y son padres y en esta etapa del desarrollo es a las últimas personas a las que los adolescentes quieren contar las cosas que les preocupan, y aunque con todo el amor del mundo, les propongamos escucharles y hablarles, ellos/ellas lo van a vivir desde la reacción, como un ataque o una intromisión (esto es totalmente natural ya que están buscando diferenciarse de su familia para crear su propia identidad).

Me atrevo a afirmar que los/las adolescentes son las personas que más están sufriendo con esta situación.
Es por eso que, en estos momentos, la búsqueda de apoyo profesional es una opción a tener en cuenta y yo quiero ofrecer este servicio especializado, centrado en sus deseos y necesidades de desarrollo.

En terapia, trabajamos juntas/os para seguir creando la identidad personal, aumentando el autoconcepto y el autoreconocimiento de si mismas/os para sembrar una autoestima en desarrollo, centrándonos en dar valor a las personas qué son y movilizar herramientas de autoapoyo para que los/las adolescentes puedan transitar estos momentos con salud y combatir la ansiedad inherente a la situación.

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